¿Sólo las empresas grandes pueden permitirse realizar eventos?

Un evento es la herramienta de comunicación más potente que existe porque hace vivir una experiencia al asistente. Si conseguimos impactar en su mente, recordará nuestra marca por más tiempo, será un referente para él y, por lo tanto, lograremos fidelizarlo. 

Esto no sirve sólo para clientes o clientes potenciales. Sirve para cualquier grupo de interés al que nos queramos dirigir (proveedores, inversores, departamentos y equipos internos, etc)

Y es que un evento no es un gasto, es una inversión. Si está bien diseñado, se han marcado correctamente los objetivos y se ha trabajado de manera eficiente, éste será un éxito.

El éxito de un evento lo marca el hecho de alcanzar los objetivos establecidos (lo sabremos una vez los hayamos medido) y obteniendo el retorno de la inversión.

Muchas PYMES y microempresas no conocen bien esta herramienta. Piensan que es algo que sólo las grandes marcas con presupuestos altos pueden permitirse, pero esto no es cierto.

Evidentemente, una empresa mediana no podrá hacer un evento como los que hace BMW, ya que no tienen los recursos para ello, pero eso no significa que no pueda realizar un evento estratégico y eficiente para los objetivos que persiguen.

Un evento es un proyecto que se desarrolla durante meses. Aunque sea pequeño o para un grupo reducido de asistentes, debe tener una buena planificación para que sea efectivo.

Es una herramienta de comunicación, entonces hemos de pensar qué queremos comunicar y, en base a ello, determinar el tipo de evento que vamos a diseñar.

  • ¿Queremos comunicar un nuevo producto o servicio? Entonces es ideal un evento de lanzamiento de producto.

  • ¿Queremos hacer branding, es decir, posicionar nuestra marca? Hay varios tipos de eventos para esto.

  • ¿Conseguir nuevos clientes potenciales o leads?

  • También es importante mirar hacia adentro. Se tiende mucho a hacer eventos externos, ¿pero qué pasa con lo que da el verdadero valor a la empresa? Es decir, las personas que trabajan en ella.

Es necesario comunicar también a nuestros equipos internos. No hay mejor embajador de una marca que un trabajador motivado y contento.

Hay muchos ejemplos de eventos internos: convenciones, formaciones, team building, eventos de motivación, etc.

Una vez que hemos decidido qué vamos a comunicar y qué tipo de evento vamos a organizar, hay qué pensar qué objetivos vamos a perseguir.

¿Para qué hacemos este evento y qué queremos conseguir con él? Hay que marcar objetivos que sean realistas, alcanzables, medibles y que estén acotados en un tiempo. 

Si nos marcamos objetivos que no podemos medir, no tiene ningún sentido. Y sobretodo debe llevar implícita una transformación. Los eventos se hacen por y para algo, por eso se busca un retorno de la inversión. Los eventos deben ser estratégicos y también experienciales.

¿Por qué es interesante para una empresa realizar eventos?  Porque:

  • Tienes contacto directo con tu público objetivo (el posible cliente tipo que realmente te interesa).

  • Es la herramienta de comunicación más potente que existe.

  • Te da visibilidad y mejora el posicionamiento de la marca.

  • Te destaca y diferencia de la competencia.

  • Y lo más importante: Genera negocio.

Pero entonces, ¿para qué una empresa va a organizar un evento? Pues para:

  • Conocer mejor a tu público objetivo, a través de la obtención de datos. No datos personales, sino sobre su comportamiento ante tus productos, por ejemplo.
  • Comunicar. ¡Recuerda! Es la herramienta de comunicación más potente que existe, si la sabes utilizar bien.
  • Aumentar las ventas y la productividad.
  • Motivar y cohesionar equipos.

Primero han de pensar para qué quieren realizar ese evento, es decir, qué quieren conseguir con él. Cuál es el objetivo.

Sin objetivo, no existe evento. Si hacemos una comida de navidad con todos los trabajadores de la empresa, no es un evento, ya que:

  • No hay un objetivo concreto y medible.

  • No hay planificación, más allá del lugar y la fecha.

  • No se comunica ningún mensaje.

Desde luego, una cena de navidad es importante porque se refuerzan lazos y se fomenta la armonía en la empresa, pero es sólo un gasto que no nos trae ningún retorno.

¿Por qué no transformar esa comida o cena en un evento estratégico que nos aporte valor?

Una vez que la empresa tiene claro el presupuesto a invertir y los temas que quiere trabajar, hay que diseñar una estrategia para conseguirlo. Y eso no pasa siempre por un gran evento. Se pueden realizar eventos muy efectivos con presupuestos ajustados.

Todas las empresas pueden y, de hecho, deben hacer eventos. Una vez que empiezan se dan cuenta de lo importante que es, lo mucho que les aporta y deciden invertir en ellos.

Y te estarás preguntando: Nosotros somos una empresa pequeña, queremos hacer algo diferente, comunicar y hacer vivir una experiencia a nuestro público de interés ¿pero cómo podemos hacerlo?

¡Para eso existe nuestro servicio de consultoría para eventos! Aquí puedes agendar una cita sin compromiso en la que nos expliques cómo podemos ayudarte.

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